El título parece insinuar una disyuntiva, en ocasiones, difícil de disipar por la carga histórica de las mismas nociones. No obstante, sin pronosticar la respuesta, será necesario revirar para recobrar tradiciones importantes en el pensamiento humano, en particular, filosóficas.
Las implicaciones de la primera noción tienen en su haber un despliegue de consideraciones más allá de una clasificación definitoria con respecto a la historia de la filosofía, en especial, cuando se emplea una distinción binaria, la cual decide quienes son materialistas, otros idealistas con subclasificaciones. Con el riesgo a restringir las aportaciones de las tendencias que, por puesto, no niegan las posibilidades de adoptar alguna de ellas en determinadas circunstancias, aún con el riesgo que representó una opción ideológica, no siempre fueron constantes en la discusión dialogal entre las tendencias al interior de las versiones del marxismo. Por supuesto, en la conformación categorial no suelen disgregarse por su emergencia las condiciones materiales de su aparición, esto es, responden a una concepción del mundo que a su vez responde a intereses de colectivos definidos por sus aspiraciones.
En una de las versiones del pensamiento de Marx, Lukács es quien se acercará a una serie de conceptos claves, cuya relevancia alcanza las dimensiones de una teoría vinculada con la praxis y, viceversa, sin pretender alejarse del núcleo fundamental de dicho pensamiento. Desde luego, no es el propósito en el presente ensayo destacar la producción del filósofo y político húngaro. Se trata, más bien, de reintegrar a la exégesis acerca de la noción de totalidad un texto titulado el Marxismo ortodoxo que data de 1919, cuya versión posterior se incorporó con otros materiales al libro Historia y consciencia de clase. Estudios de dialéctica marxista. Al respecto, es quien acentúa la vitalidad del planteamiento de Marx en torno al vínculo entre teoría y praxis, cuya descripción recupera las mediaciones existentes entre los primeros escritos y finales del propio Marx, en particular, desde la Tesis sobre Feuerbach y los Manuscritos de 1844, sin desdeñar otros materiales en un proceso de diacronía y sincronía en uno de los paradigmas esenciales para comprender los siglos XIX y XX.
De este modo, la explicación que proporciona remite a otro filósofo alemán, Hegel, cuya importancia para un conjunto de seguidores del pensamiento de Marx, reconocen en la herencia del primero en la obra del segundo, en especial, en la configuración metodológica de El Capital. Sin desconocer las aportaciones efectuadas desde 1843 hasta los Grundrisse 1857-1858 (Elementos fundamentales para la crítica de la economía política), dicho reconocimiento habrá de permitir una consideración valiosa, para sus efectos ulteriores.
Con rigor, el fundador de la Escuela de Budapest supone constantemente que la dialéctica es un método primordial para entender la realidad, aspecto nada menor frente a las tradiciones en boga, sin embargo, la versión del propio Lukács se acerca a posturas que habrán de ser condenadas posteriormente, por ejemplo, la referencia al texto antes enunciado recupera las aportaciones de Rosa Luxemburgo, para explicar la acumulación del capital en una fase distinta al análisis efectuado por Marx, cuya ortodoxia no fue capaz de reconocer las aportaciones de la primera en relación con el desarrollo del capitalismo de principios del siglo XX.
Las lecturas inferidas dictan dos esferas posibles de perspicacia, esto es, una tarea hermenéutica que obliga a leer en contexto y en contenido, ambas lecturas si se signan al sugerir las nociones de exterioridad e interioridad de las conjugaciones exhibidas en una obra, para el caso de Hegel fue la Ciencia de la lógica, quien afirma lo siguiente:
C’est ainsi que j’ai essayé, dans la Phénomenologie de l’Espirit, de décrire la conscience. La conscience est l’esprit, en tant que savoir concret, mais engagé dans l’extériorité. Mais le developpement ou progression de ce sujet repose uniquement, comme le développement de toute vie naturelle ou spirituelle, sur la nature des essentialités pures qui forment le contenu de la Logique. (HEGEL: 9)
Es por lo tanto que ensayé, en la Fenomenología del espíritu, describir la conciencia. La conciencia es el espíritu, en tanto que saber concreto, pero compromete en la exterioridad. Pero el desarrollo o progresión de ese sujeto reposa únicamente, como el desarrollo de toda la vida natural o espiritual, sobre la naturaleza de las esencialidades puras que forman el contenido de la Lógica. (Traducción del autor de este artículo).
En la descripción precedente, Hegel atiende los propósitos de una contribución clave en el terreno de las investigaciones que explicarán la realidad. Por supuesto, la sentencia que aparece en su Filosofía del derecho exige responder oportunamente debido a las conexiones entre lo real y lo racional. Sin marginar deliberadamente otras obras del filósofo alemán, podemos advertir la importancia que tuvo frente a una empresa monumental, esto es, con él parece concluir la ambición mayor de una filosofía que entendió perfectamente hacerse de los saberes formados en el momento histórico en relación con la noción de totalidad. Además, señala la relación entre sujeto y objeto de conocimiento, un desdoblamiento en la versión del espíritu —según el filósofo—, cuya interrelación descubre la dialéctica como método de investigación, así como las dimensiones onto-epistemológicas en sus diferentes manifestaciones, pero identificadas por la pretensión para explicar la realidad.
De este modo, interesa examinar algunos de los parágrafos de su Enciclopedia de las ciencias filosóficas, porque ahí subraya la noción que nos obliga a pensar la totalidad. Por supuesto, una de las diferencias clave entre los dos conceptos propuestos en el ensayo es una cuestión histórico-social en alusión al contexto o, dicho con otros términos, las realidades entre el siglo XIX y XX. La plétora de acontecimientos del siglo XX compromete una propensión correlativa entre la realidad y los desarrollos de la ciencia y tecnología con serias revoluciones, cuya experiencia no deja lugar a dudas en torno a las innovaciones que impactan en la sociedad con terribles desigualdades en muchos de los rubros:
15. Cada una de las partes de la filosofía es un todo filosófico, un círculo que se cierra en sí mismo; pero la idea filosófica está dentro de él en una determinación o elemento particular. El círculo singular, siendo en sí mismo totalidad, rompe también los límites de su elemento y funda una más amplia esfera: el todo se pone así como un círculo de círculos, cada uno de los cuales es un momento necesario; así que el sistema de sus peculiares elementos constituye toda la idea, la cual aparece, además, en cada uno de ellos. (HEGEL: 14. Las cursivas son del autor de este artículo)
Conviene detenerse en la descripción hegeliana por un momento, porque si buscamos un equivalente en torno a su interpretación, parece sugerir cómo los propios saberes adquieren su desarrollo negándose, para afirmar su proceso en conjunción con el resto de saberes. Si la dialéctica contiene la lucha de contrarios también permite entender una forma de interdependencia con aquello que se manifiesta en su exterioridad, para otorgarle sentido en un proceso de carácter cíclico, cuya delimitación en su interior no le impide mostrarse con los otros.
De este modo, la categoría de mediación en la Ciencia de la lógica infiere en nuestra lectura la posibilidad de asociarse por definición a la de inter disciplina, cuya acepción tendrá mayor connotación en saberes como la pedagogía, entre otras. Desde luego, en las investigaciones generadas con un estatuto epistemológico incuestionable, por supuesto, no se escinde de las conformaciones epistemológicas del bloque de lo social, por el contrario, los mecanismos para lograr dicho estatuto requieren de una plataforma onto-lógica. En consecuencia, el paradigma propuesto por Hegel acerca del método de investigación y exposición se verán aplicados en el pensamiento de Marx con la inversión ontológica que realiza en las figuras de materia y pensamiento:
Mi método dialéctico no sólo es fundamentalmente distinto del método de Hegel, sino que es, en todo y por todo, la antítesis de él. Para Hegel, el proceso del pensamiento, al que él convierte incluso, bajo el nombre de idea, en sujeto con vida propia, es el demiurgo de lo real, y esto la simple forma externa en que toma cuerpo. Para mí lo ideal no es, por el contrario, más que lo material traducido y traspuesto a la cabeza del hombre… El hecho de que la dialéctica sufra en manos de Hegel una mistificación no obsta para que este filósofo fuese el primero que supo exponer de un modo amplio y consciente sus formas generales de movimiento. Lo que ocurre es que la dialéctica aparece invertida, puesta de cabeza. No hay más que darle la vuelta, mejor dicho, ponerla de pie, y en seguida se descubre bajo la corteza mística la semilla racional. (MARX: XXIII-XXIV)
La relación entre Hegel y Marx contribuyó a diagramar un tipo de formación social inédita por sus efectos, el segundo fue más allá al explicar las maneras con las cuales se reproduce dicha formación. El compromiso es la visión de ambos al ponderar el concepto de totalidad, si bien los pasajes no son tan explícitos en las obras de Marx tampoco significa que desaparezca en sus investigaciones. Con rigor, se configura un modelo epistemológico capaz de vincularse con la praxis, cuyas tendencias se ven definidas por la lectura ideológico-política en contra de un régimen económico-político opuesto a la vida en general, esto es, pondera la destrucción en distintos tiempos de todas las expresiones de vida.
En este sentido, el recorrido metodológico de Marx a través de la dialéctica le proporciona una de las obras más importantes, no solo de su siglo, sino del siguiente hasta la fecha. Claro, sin omitir los límites correspondientes, puesto que no era un texto premonitorio del desarrollo del capitalismo, no obstante, la emergencia en nuestros días de tendencias surgidas en el siglo XIX en oposición al capitalismo se ven activas con el denominado neoliberalismo: los anarquismos en sus diferentes manifestaciones, así como en las izquierdas.
Así, las investigaciones económicas le ofrecen a Marx, si bien un paradigma en mixtura con las categorías provenientes del determinismo como del indeterminismo, los cimientos de una caracterización metodológica primordial: de la inferencia a la deducción, aunado a la axiología. El enfoque es un recorrido excepcional por esferas o círculos singulares de saberes —tal como lo asume Hegel— en una relación constante.
Por ejemplo, la ciencia y la tecnología son fuerzas productivas que de origen permitieron el desarrollo del capitalismo, no obstante, el paradigma económico en boga ha intensificado sus inversiones por parte de los corporativos privados en sus distintas facetas. Tal es el caso de los millones de dólares en inteligencia artificial, al respecto no solo se trata de cuestiones militares, sino también de control poblacional en términos de elecciones y emociones frente a un conjunto de eventos desplazados en la vida privada y social.
En otro momento, el siglo XX, las contribuciones de las revoluciones en física y biología fueron prioridad en dos ámbitos: el privado y estatal, por supuesto, aquí se cuenta con los proyectos en genómica y en física, cuyos resultados han puesto en evidencia las funciones sociales que se les otorga. Dicho con otras palabras, se puede argumentar a favor de las conexiones de los saberes y prácticas sociales.
En este punto, debido a la lógica del capital, las estructuras de la dinámica social contribuyen a diseñar la división entre espacio público y privado, uno de los méritos impuestos por la modernidad. Las instituciones que permiten la hegemonía capitalista cuentan también con la educación, así como las inversiones en las líneas de lo público y privado.
Recuperando la noción de totalidad, se podría afirmar que es una epistemología capaz de recuperar otras:
El conocimiento de los hechos no es posible como conocimiento de la realidad más que en ese contexto que articula los hechos individuales de la vida social en una totalidad como momentos del desarrollo social. Este conocimiento parte de las determinaciones naturales, inmediatas, puras, simples (en el mundo capitalista), recién caracterizadas, para avanzar desde ellas hasta el conocimiento de la totalidad concreta como reproducción intelectual de la realidad. Esta totalidad concreta no está en modo alguno inmediatamente dada al pensamiento. «Lo concreto es concreto», dice Marx, «porque es la concentración de muchas determinaciones, o sea, unidad de lo múltiple» … Pues la sentencia de Marx «las relaciones de producción de toda sociedad constituyen un todo» es el punto de partida metódico y la clave misma del conocimiento histórico de las relaciones sociales. En efecto: toda categoría individual y aisladamente tomada puede pensarse y tratarse —aislada así— como categoría siempre presente en todo el desarrollo social. (Y si no se encuentra en una determinada sociedad, basta con declarar que se trata de una «excepción» que confirma la regla.) La verdadera diferencia entre los estadios de la evolución social se manifiesta menos clara e inequívocamente en las transformaciones sufridas por esos momentos parciales individuales y aislados que en las transformaciones experimentadas por su función en el proceso total de la historia, su relación con el todo de la sociedad. (LUKÁCS: 10-11)
Entre los cuestionamientos que se pueden enunciar radica la vigencia o superación de un concepto proveniente de Hegel y Marx en más de 150 años de desarrollo del pensamiento filosófico, económico y político. Sin embargo, quienes intentaron conservar la originalidad del autor de Contribución a la crítica de la economía política, les valió la exclusión y condena mediante posturas ideológico políticas incapaces de admitir la autocrítica.
El presente texto intenta acentuar las implicaciones de la categoría en la explicación de los fenómenos sociales y naturales; la acumulación de las desigualdades impuestas por el capitalismo parece ser el resultado de un régimen capaz de ampliar sus efectos en todas las esferas de la vida de los seres vivos humanos y no humanos, incluido el planeta. El propio Marx apuntó de forma precisa la lógica con la cual el capitalismo mediante los mecanismos legales como ilegales justifica el resultado de los opuestos capital-trabajo, esto es, la explotación de los seres humanos, en suma, la destrucción de la vida.
De esta manera, la interpretación de la realidad exige en la versión hasta aquí expuesta, identificar las causas que produce la realidad, sin alejarse de las conexiones que en dicho proceso se muestran. Al respecto, se destaca en las relaciones el carácter histórico en el que emergen, esto es, descubre la consistencia de intervención de los sujetos con el objeto o realidad, siguiendo los dictados categoriales se traduce en la vinculación entre teoría y praxis. Correlatos esenciales para el pensamiento de Marx, no solo se trata de intervenir en la realidad, sino de pensar cómo se realizará dicha actividad. Y cómo la realidad y el resultado de la intervención influyen en el pensamiento, para reformular la praxis.
Derivado de la explicación proveniente de El Capital, encontramos de forma extraordinaria las mediaciones, algunas de ellas pendientes, sin lugar a dudas. No obstante, en las etapas posteriores al desarrollo del capitalismo, hoy con nomenclaturas que no niegan esencialmente sus funciones de destrucción, conserva la exigencia del pensamiento y acción por transformar el modelo económico que nos ha llevado a una crisis sin precedentes. Tampoco está en el horizonte dejar de lado lo que nos corresponde en términos de responsabilidad individual y colectiva, para detener el colapso en progresión, por ejemplo, una de las tareas docentes es contribuir a crear una plataforma capaz de asumirnos en un doble sentido: 1) proveer a los estudiantes de la información, para convertirla en proceso cognitivo según la materia de estudio; y, 2) mostrar en la práctica cotidiana su conexión con lo aprendido, tanto de nosotr@s como de ell@s.
Los esfuerzos de millones de seres humanos han sido cuantiosos para modificar un modelo comprometido con la irracionalidad, por ejemplo, hoy la riqueza producida en el mundo se encuentra en el 1% de la población mundial, entretanto para su funcionamiento mueren miles de personas, sin importar la edad. Al respecto, se trata de una cuestión profundamente ética, podemos y hemos maldecido al capitalismo, incluso logramos explicarlo, empero, reclama encontrar los nexos adecuados para lograr lo que nos haría pasar de la prehistoria a la historia:
…toda alteración esencial y relevante para el conocimiento se expresa como transformación de la relación al todo; y, por tanto, como transformación de la forma misma de la objetividad… Esa constante transformación de las formas de objetividad de todos los fenómenos sociales en su ininterrumpida interacción dialéctica, el origen de la cognoscibilidad de un objeto partiendo de su función en la totalidad determinada en la que funciona, es lo que hace a la consideración dialéctica de la totalidad —y a ella sola— capaz de concebir la realidad como acaecer social. Pues sólo en este momento las formas fetichistas de objetividad que produce necesariamente el modo de producción capitalista se disuelven en una apariencia de reconocida necesidad, pero apariencia al fin. Sus conexiones de la reflexión, sus «leyes», nacidas, por supuesto, necesariamente de ese suelo, pero encubridoras de las conexiones reales de los objetos, se manifiestan entonces como representaciones necesarias de los agentes del orden de producción capitalista. Son, pues, objetos del conocimiento, pero el objeto conocido en ellas y por ellas no es el orden mismo de producción capitalista, sino la ideología de la clase dominante en él. (LUKÁCS: 16)
En la cita precedente se contiene sui generis una de las tareas docentes, posiblemente las cuestiones ideológico-políticas prevalecen ante la imposición en sentido negativo frente a la reproducción y producción del conocimiento en contra de las formas de fetichización a las que alude Lukács en referencia a Marx, en particular, el capítulo El fetichismo de la mercancía, y su secreto. El capitalismo en sus metamorfosis ha sido capaz de reinventarse sin dejar sus funciones primordiales para su reproducción, la intensificación de la producción de mercancías a corto plazo es la constante, a su vez, su consumo se encuentra en relación con la distribución por medio de su plataforma programática para su venta. También ha signado la explotación con nuevos dispositivos en turno. Así, los inventos tecnológicos les han permitido a los corporativos privados un control inaudito de nuestras formas de pensar y sentir, además de programar las orientaciones de elección.
La riqueza de las sociedades en que impera el régimen capitalista de producción se nos aparece como un ‘inmenso arsenal de mercancías’ y la mercancía como su forma elemental. Por eso, nuestra investigación arranca del análisis de la mercancía.
La mercancía es, en primer término, un objeto externo, una cosa apta para satisfacer necesidades humanas, de cualquier clase que ellas sean. El carácter de estas necesidades, el que broten por ejemplo del estómago o de la fantasía, no interesa en lo más mínimo para estos efectos. Ni siquiera tampoco, desde este punto de vista, cómo ese objeto satisface las necesidades humanas, si directamente, como medio de vida, es decir como objeto de disfrute, o indirectamente, como medio de producción. (MARX: 3)
En este sentido, la categoría de mercancía es equivalente a la idea en Hegel según la Ciencia de la lógica, se convierte en la más simple, no obstante, es resultado del proceso de conocimiento acumulado por otras tradiciones en la economía política y filosóficas, cuyos niveles de abstracción alcanzan las mayores exigencias de concreción, la conclusión relativa de El Capital es con la noción de clases sociales. Por supuesto, dicha configuración teórica supone que la investigación de Marx le llevó un par de décadas previas a una obra inconclusa aun cuando se publicó sin lograr la revisión última de su autor. En la misma línea de interpretación lo que parece complejo es simple y, a su vez, de lo simple a lo complejo.
El planteamiento precedente en relación con la cita posee una caracterización singular, porque leyendo a Morin encontramos cierta identidad en la medida de su exégesis, no es una pretensión negar alguna de las aportaciones, empero, la tendencia de ambas reflexiones sigue un mismo sendero explicativo sustentado en el método:
Dans la mesure où elles sont mal perçues, sous-évaluées, disjointes les unes les autres, toutes les crises de l’humanité planétaire sont en meme temps des crises cognitives. Notre système de connaisssances, tel qu’il nous est incalqué, tel qu’il est engrammé dans les espirits, conduit à d’importantes méconnaissances.
Notre mode de connaissance a sous-développé l’intégrer dans un ensemble qui lui donne sens. Submergés par la surabondance des informations, nous pouvons de plus en plus difficilement les contextualizer, les organiser, les comprendre. Le morcellement et la compartimentation de la connaissance en disciplines non communicantes rendent inapte á percevoir et concevoir les problèmes fondamentaux et globaux. L’hyperspécialisation brise le tissu complexe du réel, le primat du quantifiable occulte les réalités affectives etre humains.
Notre mode de connaisssance parcellarisé produit des ignorances globales. Notre mode de penseé mutilé conduit à des actions mutilantes. À cela se combinent les limitations 1) du réductionnisme (qui réduit la connaissance des unités complexes à celle des éléments supposés simples qui les constituent); 2) du binarisme qui décompose en vrai/faux ce qui soit partiellement vrai, soit partiellement faux, soit à la fois vrai et faux; 3) de la causalité linéaire qui ignore les boucles rétroactives; 4) du manichéisme qui ne voit qu’opposition entre le bien et le mal.
La réforme de la connaissance appelle une réforma de pensée. La réforme de la pensée appelle une pensée de la reliance qui puisse relier les connaissances entre elles, relier les parties au tout, le tout aux parties, et qui puisse concevoir la relation du global au local, celle du local au global. Nos modes de pensée doivent intégrer un va-et-vient constant entre ces niveaux (voir mon Introduction à la pensée complexe).
Cette réforme comporte un caractère épistémologique et réflexif. Epistémologiquement, il s’agit de substituer au paradigme qui impose de connaÎtre par distintion et conjonction (Introduction à la pensèe complexe). La réintroduction de la réflexivité requiert un retour autoexaminateur et autocritique permanent de l’esprit sur lui-mème. (MORIN: 239-241)
En la medida donde ellas son mal percibidas, menos evaluadas, desunidas unas de otras, todas las crisis de la humanidad planetaria son al mismo tiempo crisis cognitivas. Nuestro sistema de conocimientos, tal como nos lo han inculcado, tal como nos lo han engramado en el espíritu, conduce a importantes incomprensiones.
Nuestro modo de conocer ha subdesarrollado la aptitud de contextualizar la información e integrar en conjunto su entrega dando sentido. Sumergidos por la abundancia excesiva de informaciones, nosotros podemos más y más difícilmente contextualizar, organizar, comprender. La fragmentación y la compartimentación del conocimiento en disciplinas no comunicantes incapacita a percibir y concebir los problemas fundamentales y globales.
Nuestro modo de conocer fragmentariamente produce ignorancias globales. Nuestro modo de pensar mutila conduciendo a acciones mutilantes. Con eso se combinan las limitaciones: 1) del reduccionismo (quien reduce el conocimiento de las unidades complejas a esos elementos los supone simples); 2) del binarismo, quien descompone en verdad/ falso, ya sea parcialmente verdad, parcialmente falso, sea a la vez verdad y falso; 3) de la causalidad lineal, quien ignora los bucles retroactivos; 4) del maniqueísmo. que no ve la oposición entre el bien y el mal.
La reforma del conocimiento se denomina una reforma del pensamiento. La reforma del pensamiento se denomina un pensamiento de la dependencia que puede enlazar los conocimientos entre ellos, enlazar las partes al todo, el todo a las partes, y que puede concebir la relación de lo global a lo local, de lo local a lo global. Nuestros modos de pensar deben integrar un va y viene constante entre esos niveles (ver la Introducción al pensamiento complejo del autor).
Esta reforma comporta un carácter epistemológico y reflexivo. Epistemológicamente es substituir un paradigma de conocimiento impuesto por disyunción y reducción por un paradigma que demanda conocer por distinción y conjunción (Introducción al pensamiento complejo). La reintroducción de la reflexividad requiere un retorno autoexaminador y autocrítico permanente del espíritu sobre el mismo. (la traducción y las cursivas son del autor de este artículo)
Por supuesto, entre las identidades y diferencias se establecen lógicas particulares, es decir, lógicas históricas, sin reducirse a un esquema binario, por el contrario, se amplía el espectro de interpretaciones con un conjunto de matices relevantes. De este modo, en cada periodo de vigencia aportaron elementos, para robustecer su teoría; al respecto, habría que establecer la dificultad en el caso del pensamiento marxiano, en cuyo caso la escuela de Budapest: Ágnes Heller, István Mészaros, Ferenc Feher, György Márkus, Mihály Vajda, María Márkus y András Hegedús, la que permitió una contribución esencial, así como las aportaciones de tres filósofos: Adam Schaff y Jindrch Zleny (polacos), así como Karel Kosík (checo), el último en su libro Dialéctica de lo concreto, específicamente con una versión de la noción de totalidad concreta, merece un apartado singular para su interpretación. Una de las preguntas antes de concluir es si el desarrollo del pensamiento marxiano continuó con las investigaciones en torno a la noción de totalidad y las implicaciones en su análisis. Al respecto, se crearon categorías importantes no sólo por sus vínculos con la realidad para explicar el conjunto de fenómenos, sino en particular, por las relaciones unos con otros.
El planteamiento de Morin también enriquece su versión de complejidad, durante varias décadas, destacando su idea de método, al cual le atribuye la mayor aportación para explicar los modos con los cuales los seres humanos, el sujeto cognoscente, procede en las diversas y multiplicadas circunstancias: objeto cognoscente, o, la multiplicidad de objetos que requieren interpretarse, para conseguir fines éticamente posibles.
Además de comprender las mediaciones que se descubren entre dichos objetos convertidos en saberes, al respecto cada uno de ellos se implican para dar lugar a la inter disciplina, la multidisciplina, la dimensión de éstos se ha desarrollado por las revoluciones que se provocaron por la ciencia y la tecnología, al propio tiempo, la especialización o fragmentación, como lo expresa el filósofo francés, ha impedido entender las maneras de relacionarse, por ejemplo, el efecto que provocó la teoría de la relatividad general y especial de Einstein alcanzó a la antropología y otros saberes más, así como el descubrimiento del ADN por Watson y Crick para dar origen al proyecto genómico sin precedentes, cuya implicación se dio en la sociología, por citar algunos de los que se registraron en la cartografía de saberes.
El método, obra primordial en su bibliografía extensa, constituye una aportación mayúscula, porque subraya una plataforma epistemológica sin pretender una tradición filosófica, al contrario, recupera e innova dicha plataforma. De este modo, una de sus propuestas las objetiva en la noción de tierra-patria de significación vital, porque sus investigaciones se consolidan en un texto primordial para la educación:
…el saber científico sobre el cual se apoya este texto para situar la condición humana no sólo es provisional, sino que destapa profundos misterios concernientes al Universo, a la Vida, al nacimiento del Ser Humano. Aquí se abre un indecidible en el cual intervienen las opciones filosóficas y las creencias religiosas a través de culturas y civilizaciones. (MORIN: 1)
La estructura del texto Los siete saberes necesarios para la educación del futuro parece sugerir una síntesis de lo que reiteradamente ha creado una ontología materialista en contra de todo tipo de metafísica que impide o limita las perspectivas del conocimiento, o siguiendo la conceptualización de los errores e ilusiones, esto es, de continuum enfrentamos las incertidumbres. Con rigor, se nos muestra un Morin cartesiano a partir de la duda, con una orientación precisa de racionalidad, sin ignorar las limitaciones de la misma como del régimen empírico.
En efecto, sus investigaciones consideran la noción de proceso recordando a Hegel, lo cual muestra su lectura que reconoce al método como el artífice garante de sus producciones teóricas, esto es, la dupla método y proceso le acompañan en todas sus indagaciones. Nada menor debido a la nueva conceptualización que habrá de plantear en todas sus obras, no solo es una visión biconceptual, sino triconceptual en algunos de los casos. Hasta aquí podríamos pensar que la ampliación del lenguaje conceptual diseñó su paradigma denominado complejidad, además de comprender que la incertidumbre se convierte en un elemento de la búsqueda.
Las aportaciones que se producen con las teorías de la información, la cibernética y sistemas se convierten en un espectro que vislumbra las relaciones entre cada una de ellas. Por lo demás, incentivó de forma decisiva la manera de entender las implicaciones de los saberes, si bien son aquellos que emergen de una manera no siempre convencional, porque pueden parcializar el conocimiento, se pueden leer de una forma interrelacional, justo aquí la visión del pensamiento complejo se hace presente.
Una de las tesis fundamentales en el paradigma de la complejidad, quizá uno de los mayores aportes, es la referencia a la vida cotidiana. La reflexión marxiana tampoco ignoró la relevancia de la vida cotidiana en sus explicaciones:
Nos hace falta creer que la cuestión de la complejidad se plantea solamente hoy en día, a partir de nuevos desarrollos científicos. Hace falta ver la complejidad allí donde ella parece estar, por lo general, ausente, como, por ejemplo, en la vida cotidiana. (MORIN: 54)
Si pudiéramos recuperar la idea en nuestra tarea docente, sin marginar la dimensión informativa y, por supuesto, cognitiva, lograríamos acercarnos a los objetivos del pensamiento complejo. Al respecto, no dudo de los intentos de la planta docente, empero, son aislados, aún sin lograr compartir las experiencias y sus reflexiones respectivas. Solo escuchamos algunas de ellas sin ir más allá, otras se han escrito en los documentos institucionales o de publicación educativa.
En un esquema elemental, en atención a nuestra labor, pero también en alusión a las teorías del conocimiento significamos de cierta manera un recorrido con pretensiones de aprendizaje:
Desde luego, el esquema es una primera aproximación al objetivo que procura lo que afirmó en siglos anteriores Aristóteles al iniciar su libro la Metafísica, cuya proyección se acentúa en todo paradigma educativo: el deseo de saber. Buscamos respuestas a preguntas que todo ser humano —idealmente— se ha planteado constantemente al no encontrarlas de forma inmediata, la tendencia parece ponderar una oposición en contra del ocultamiento, la ignorancia. Al respecto, estamos frente a la mayor y mejor anhelo de los seres humanos de todas las épocas, en ocasiones, con un heroísmo que abriga ciertos principios comunes, en especial, porque el conocimiento es subversivo, disruptivo, rebelde, provoca cuestionamientos incómodos constantemente, por lo tanto, se trata de la relación entre saber-conocer y poder-según Foucault.
Esto es: qué deben aprender nuestros estudiantes. Explicar cómo se configuran los paradigmas teóricos, pero también hacer comprensible la noción de proceso: diacrónico/sincrónico en la investigación. Subrayar el punto de partida de las exploraciones, o, para plantearlo de otro modo: cómo encontrar respuestas a nuestras preguntas acerca de aquello que resulta dudoso, inexplicable, ignoto, carente de sentido, entre otras expresiones.
Me atreveré a proponer un ejemplo con la esperanza de no banalizar o vulgarizar el intento:
Por ejemplo: los productos chatarra. Son motivo de un análisis en tanto que sujeto y objeto al mismo tiempo. Es un objeto de consumo habitual en ciertos sectores de la población. Representa una imagen y proyecta una intención ante los seres humanos. Además, para su adquisición debe comprarse mediante dinero (intercambio). Registra una cantidad de elementos en su etiqueta con cierta finalidad. Le acompaña cierto tipo de publicidad. Proyecta y provoca cierto tipo de emociones. Implica disyuntivas, lo cual quiere decir elegir. La duración de consumo durante ciertas etapas de la vida de los seres humanos. Efectos en un periodo de tiempo. Idea de cuerpo. Distinción entre salud y patología. ¿A partir de qué fecha inicia la venta de los productos chatarra en nuestro país? ¿Existe una legislación a favor del consumidor? ¿Qué institución se encarga de vigilar la producción de los productos? ¿Existe una sanción si se demanda o se identifica la alteración en su formulación? ¿A quiénes conviene producir, autorizar los productos chatarra en contra de una alimentación sana? ¿Somos libres para elegir? ¿Ingerir productos chatarra con frecuencia atenta contra el cuidado de sí?
Las intervenciones con el objetivo de mostrar la relación entre los saberes parecen obligadas en atención a las materias del Plan de Estudios:
1. La química: análisis químico de los componentes de los productos.
2. Las ciencias de la comunicación: propaganda y difusión de los productos.
3. La economía: producción, consumo y distribución de las mercancías.
4. La administración: estudio de mercado en los sectores de la población.
5. El derecho: las leyes que privan en la producción y licencia de venta de los productos. De acuerdo con la generación de derechos, ¿cuál corresponde al cuidado del consumidor y los mecanismos jurídicos, para inscribir una demanda en contra de los productos que afectan la salud?
6. Las matemáticas: las estadísticas en torno al consumo y producción de los productos. ¿En qué sectores de la población se consumen más?, elaboración de estadísticas con base en la información acumulada.
7. La historia de México: el contexto de emergencia de los productos en nuestro país.
8. La psicología: la selección de colores e imágenes para su difusión.
9. Las ciencias de la salud: el cuidado nutricional de los alimentos.
10. TLRIID: figuras retóricas en el discurso publicitario.
11. La antropología: en qué medida nuestros hábitos, costumbres alimenticias, modifican nuestra noción de ser humano a través de su historia.
12. Las ciencias políticas: el sometimiento de los cuerpos a través de un conjunto de mecanismos para efectuarlo.
13. La biología: el impacto de los productos chatarra en la salud de los seres humanos.
Interpretando lo anterior y asumiendo la visión hoy robustecida del paradigma de la complejidad, pero también recordando los aportes del pensamiento marxiano, propondría un pasaje de El Capital, en muchas ocasiones, repetido para ciertos propósitos que no se alejan del nuestro:
“La mercancía es, en primer término, un objeto externo, una cosa apta para satisfacer necesidades humanas, de cualquier clase que ellas sean. El carácter de estas necesidades, el que broten por ejemplo del estómago o de la fantasía, no interesa en lo más mínimo para estos efectos. Ni interesa tampoco, desde este punto de vista, cómo ese objeto satisface las necesidades humanas, si directamente, como medio de vida, es decir como objeto de disfrute, o indirectamente, como medio de producción.” (MARX: 3)
Me detengo en una reflexión pretendidamente de carácter filosófico:
1) El carácter fenomenológico con el que inicia el texto: la apariencia, lo que se muestra ante nosotros (la percepción de los sentidos y cierto nivel de abstracción) a quienes actuamos en un paradigma económico denominado capitalismo,
2) El registro de dos categorías que provienen de la misma fenomenología: forma y contenido: apariencia y esencia, sin olvidar la lógica aristotélica y hegeliana implícitas por un orden histórico y metodológico,
3) La presencia de la deducción, inferencia y axiología en el primer pasaje,
4) La relación entre mercancías y necesidades humanas: satisfacción, alusión a los sentidos y una programación alimentaria. De una cuestión orgánica (físico- química-biológica) a la conformación de una ontología del ser social,
5) En una lectura en perspectiva con el reciente modelo económico, no pierde su vigencia, además de una serie de consideraciones que se traducen en la aplicación de fuerzas productivas no humanas y humanas debido al incremento y auge de la ciencia y la tecnología, sin descartar la ampliación y diversificación del cúmulo de mercancías en función del aumento de la población,
6) En la trilogía producción, distribución y consumo se formula el esquema básico de todas las formaciones sociales, en particular, la presente se logró desarrollar hasta grados insospechados que, han puesto en la mayor crisis planetaria nunca antes ocurrida,
7) La relación entre trabajo y capital permanece de formas tan diversas que el último ha sido capaz de mutar según la reproducción ampliada hasta incluir la emergencia de nuevas condiciones laborales y sujetos de producción diferentes, implícitamente se interpreta la dimensión biopolítica, porque se trata de la vida en todas sus expresiones donde el capitalismo las ha comprometido,
8) La descripción de Marx señala que las necesidades broten o no del estómago o de la fantasía parecería anunciar lo que corresponde a las etapas futuras de la dinámica del capitalismo con un conjunto de mecanismos que se traducirán en la aparición de la radio, la televisión, el celular, las plataformas, el teléfono, telégrafo, el cine, los periódicos, las revistas, esto es, los medios de comunicación,
9) La lógica que se exhibe en su momento habrá de contribuir de forma decisiva en un capítulo titulado El carácter fetichista de la mercancía y su secreto el cual permitirá reflexionar el programa futuro de control y dominio de la mercancía como pieza clave en la explicación del capitalismo y sus efectos en tiempos distintos: corto, mediano y largo plazo,
10) Guy Debord llevará a cabo una reflexión importante con base en lo que suponemos es una interpretación de El Capital al menos en el libro primero, sección primera. La subjetivación proveniente de la modernidad es cuestionada por sus manifestaciones y consecuencias a partir de la noción de espectáculo. Al respecto, el espectáculo se inscribe en ambos valores: uso y cambio, incluso la idea de trabajo productivo y las prácticas de dominio en contra de sectores identificables de la sociedad:
“1. Toda la vida de las sociedades en las que dominan las condiciones modernas de producción se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que era vivido directamente se aparta de una representación.
2. Las imágenes que se han desprendido de cada aspecto de la vida se fusionan en un curso común, donde la unidad de esta vida ya no puede ser restablecida. La realidad considerada parcialmente se despliega en su propia unidad general en tanto que pseudomundo aparte, objeto de mera contemplación. La especialización de las imágenes del mundo se encuentra, consumada, en el mundo de la imagen hecha autónoma, donde el mentiroso se miente a sí mismo. El espectáculo en general, como inversión concreta de la vida, es el movimiento autónomo de lo no-viviente.
…
4. El espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre personas mediatizada por imágenes.
5. El espectáculo no puede entenderse como el abuso de un mundo visual, el producto de las técnicas de difusión masiva de imágenes. Es más bien una Weltanschauung que ha llegado a ser efectiva, a traducirse materialmente. Es una visión del mundo que se ha objetivado.
…
6. El espectáculo, comprendido en su totalidad, es a la vez el resultado y el proyecto del modo de producción existente. No es un suplemento al mundo real, su decoración añadida. Es el corazón del irrealismo de la sociedad real. Bajo todas sus formas particulares, información o propaganda, publicidad o consumo directo de diversiones, el espectáculo constituye el modelo presente de la vida socialmente dominante. Es la afirmación omnipresente de la elección ya hecha en la producción y su consumo corolario. Forma y contenido del espectáculo son de modo idéntico la justificación total de las condiciones y de los fines del sistema existente. El espectáculo es también la presencia permanente de esta justificación, como ocupación de la parte principal del tiempo vivido fuera de la producción moderna.” (DEBORD: 1-2)
Por supuesto, las investigaciones de Debord se enfrentan a un giro particular en la lucha entre dos bloques con formaciones sociales distintas, empero, la innovación y aportaciones al pensamiento marxiano son fundamentales, sin descartar la vía de Althusser en consonancia con la de Sartre en su Crítica de la razón dialéctica, cuya recepción no siempre fue reconocida en su originalidad, texto que merece en sus dos volúmenes una revaloración esencial en nuestro tiempo, tampoco significa que algunos no hayan valorado oportunamente sus aportaciones, al contrario.
La noción propuesta por Debord impone una exploración con pretensiones innovadoras en la dimensión cognitiva. Las implicaciones de dicha exégesis señalan uno de tantos giros en las estrategias de reproducción social que procuran recordar la metáfora entre estructura y superestructura. En el contraste de los dos esquemas anteriores, podemos inferir las implicaciones comprometidas por un integrante de la Internacional Situacionista, la lectura es capaz de capitalizar las dimensiones de control y dominio de una etapa del desarrollo del capitalismo, hoy puede contrastarse su análisis con la noción de espectáculo, cuyo signo se amplía de muchas formas.
La revolución tecnológica logró consolidar un conjunto de prácticas sociales que inciden con cierto tipo de conductas en ciertos sectores sociales, la mayoría de ellos con una tipificación en cierto grado homogénea, es decir, limitaciones en tanto que derechos y reparto de riqueza social, diseño exclusivo por la reinvención del capitalismo.
Desde luego que no se agotan las opciones de reflexión en cada uno de los casos. Dependerá del enfoque de cada materia, lo cual representa la especificidad de su objeto de estudio, pero también se descubrirán las relaciones con el resto de las materias. Sin lugar a dudas, la formación docente constituye un elemento primordial, además del conocimiento del modelo educativo. En este sentido, se posibilitaría un proceso de enseñanza-aprendizaje donde se logren el aprender a aprender, aprender a ser, aprender a hacer y aprender a convivir, porque son las orientaciones de un modelo aún recuperable y pertinente en las circunstancias actuales. Sin disipar el significado de una pandemia y sus sombríos efectos en la población mundial, en particular, quienes debido a una limitación en el acceso a la salud pública la enfrentaron de formas altamente costosas, la vida de millones de seres humanos.
En la perspectiva de Morin no puede concebirse el método sin atender la relación entre los saberes y prácticas, una de las identidades en torno al pensamiento marxiano: la educación se convierte en un acto de modulación de toda sociedad, la reproducción del régimen económico, político, ideológico y cultural. Por supuesto, en el pensamiento complejo no se asila de las condiciones de contexto, los problemas graves generados por la desigualdad e injusticia de forma global aparecen constantemente.
En este sentido, la educación juega una función preferente debido a las ambiciones múltiples de los seres sociales según la instancia de participación en las relaciones sociales. La pandemia se convirtió en un catalizador importante para revelar un conjunto de problemas de distinto orden, lo cual exigió reflexionar y activar no solo protocolos emergentes ante la situación global, sino fijar las limitaciones en las políticas públicas, tal caso se constató en la salud y la educación, sin lugar a dudas.
Ambos paradigmas: la totalidad y la complejidad se convierten en actos complementarios, ambos en momentos históricos importantes contribuyeron a enfrentar las visiones fragmentarias o incompletas de los fenómenos sociales en distinto orden. Con un reconocimiento profundo las aportaciones de Morin en la perspectiva de la complejidad dan cuenta de la inmensa riqueza de su paradigma debido a la visión relacional y de conjunto como resultado del método empleado en cada una de sus investigaciones hasta el día de hoy. La incorporación de los saberes no es un mero artífice de una moda, por el contrario, las investigaciones ya realizadas en los distintos campos del conocimiento humano le otorgan una legitimidad propia, sin ignorar los resultados actuales de las distintas ciencias y las humanidades, cuyo propósito robustece las aportaciones para comprender nuestro entorno.
Cabe señalar, que, el modelo denominado complejidad contiene la formación permanente en términos epistemológicos, ontológicos, éticos, morales, políticos sin priorizar alguno de ellos en contra de las demás plataformas. Con rigor, las formas de desplazarse se articulan de manera precisa, al respecto la pandemia exigió un abordaje propio de la complejidad.
La salud y la educación integran un programa a futuro no solo de los seres humanos, sino de toda forma de vida en el planeta, incluso nuevos sujetos emergentes aparecieron, probablemente la ampliación en las reflexiones de la biopolítica y la bioética se han reforzado.
En su texto Enseñar a vivir anuncia un conjunto de olvidos o ausencias de reconocimiento en los límites de las pretensiones de racionalidad, rechazando la sensibilidad como una facultad capaz de ambicionar el conocimiento e incrementar la agudeza de los sentidos, para otorgar nuevos senderos en la búsqueda de explicaciones en torno a lo que nos acontece. No significa cancelar la incertidumbre y el error, porque son las formas que exigen enfrentar nuestra realidad, lo más difícil según hace saber Morin es enseñar a vivir, un verbo fuerte para quienes pretendan asumirlo, en ocasiones, sin distinción de la edad:
“nuestra educación no nos enseña sino muy parcial e insuficientemente a vivir, se aparta de la vida ignorando los problemas permanentes del vivir que acabamos de evocar y recortando los conocimientos en tajadas separadas. La tendencia tecnoeconómica cada vez más poderosa y pesada tiende a reducir la educación a la adquisición de competencias socioprofesionales en detrimento de las competencias existenciales que pueden provocar una regeneración de la cultura y la introducción de temas vitales en la enseñanza.
Sin duda no hay recetas de vida. Pero se puede enseñar a vincular los saberes a la vida. Se puede enseñar a desarrollar al máximo una autonomía y, como diría Descartes, un método para conducir correctamente su espíritu que permita afrontar personalmente los problemas de vivir. Y se puede enseñar a cada uno y a todos lo que ayude a evitar las trampas permanentes de la vida.” (MORIN: 21)
Recientemente los seres humanos enfrentamos una crisis sanitaria que exigió de las instituciones gubernamentales y privadas, así como una activación de nuestro comportamiento en tanto que seres humanos, esto es, valores/principios éticos primordiales en función recíproca con nuestros actos de solidaridad, comprensión, ayuda mutua, entrega, entre otros, incluso en contra de un conjunto de creencias con profundas limitaciones. Dicho con otras palabras, una lección de vida sin precedentes, al respecto conviene preguntarnos: ¿qué aprendimos?
Morin propone 15 lecciones acerca de la pandemia en un texto en colaboración con Sabah Abouessalam, sin esperar demasiado, quizá, se dieron a la tarea de realizar una serie de reflexiones como resultado de lo que en ese momento ocurría, no solo en Francia, sino en el mundo. La exposición es importante, porque con matices oportunos desarrollan las consecuencias y alternativas, para comprender lo que ocurre, sin desligarse de las modificaciones que puedan ocurrir en el contexto.
En dicho marco referencial sugieren desafíos:
1. Desafío existencial: a) una nueva relación con el tiempo y b) hacer durar las nuevas solidaridades.
2. Desafío de la crisis política: ¿qué quedará de las aspiraciones reformistas y transformadoras?
3. Desafío de una mundialización en crisis.
4. Desafío de la crisis de la democracia amenaza nuestras libertades.
5. Desafío digital.
6. Desafío ecológico.
7. Desafío de la crisis económica.
8. Desafío de las incertidumbres.
9. El peligro de una gran regresión: a) regresiones intelectuales y morales, b) regresión de la democracia, c) regresiones belicistas y d) el espectro de la muerte en avión sobre la humanidad. (MORIN: 64-80)
Finalmente, la educación debe desmitificar las formas diversas de opresión a través de plataformas de inclusión capaces de crear alternativas de una sociedad sin racismo, marginación, explotación, abuso, injusticia, intolerancia, entre otras expresiones. Desde luego, es y será una elección individual, el conocimiento logrado hasta la fecha posibilita dichas alternativas, el problema radica en las funciones que se les otorga desde los poderes. La educación es un momento del todo social, no la excluye de sus vínculos con el resto de saberes y prácticas sociales. La encomienda no parece fácil, sin embargo, el compromiso de quienes nos dedicamos a ella por principios es fundamental. Ì
Referencias Debord, L. (2009). La sociedad del espectáculo, Guy Debord (1967) - Monoskop. Obtenido de Monoskop: https://monoskop.org/images/6/6a/Debord_Guy_La_sociedad_del_espectaculo_2009.pdf Hegel, G. W. (1947). Science de la logique (Vol. 2 tomos). Paris: Aubier. Hegel, G. W. (2011). Enciclopedia de las ciencias filosóficas. México: Porrúa. Lukács, G. (1969). Historia y consciencia de clase. Estudios de dialéctica marxista. México: Grijalbo. Marx, K. (1964). El Capital. Crítica de la Economía Política (Vol. 3 tomos). México: FCE. Morin, E. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. (M. Vallejo-Gómez, Trad.) Paris: UNESCO. Obtenido de https://www.uv.mx/dgdaie/files/2012/11/CPP-DC-Morin-Los-siete-saberes-necesarios.pdf Morin, E. (2012). La voie. Pour l’avenir de l’humanité. Paris: Pluriel. Morin, E. (2014). Au mythe du monde. Un demi-siècle d’articles dans le monde. Paris: Archipoche. Morin, E. (2015). Enseñar a vivir. Manifiesto para cambiar la educación. (R. R. Figueira, Trad.) Buenos Aires: Nueva Visión. Obtenido de https://tecnoeducativas.files.wordpress.com/2017/03/morin-ensenar-a-vivir.pdf Morin, E. (2020). Changeons de voie. Les leçons du coronavirus. France: Denoël. Morin, E. (s.f.). Introducción al pensamiento complejo. Obtenido de Edgar Morin. Introducción calificada para principiantes: http://cursoenlineasincostoedgarmorin.org/images/descargables/Morin_Introduccion_al_pensamiento_complejo.pdf