Asumir una docencia centrada en la formación de los estudiantes
Esta formulación demanda que los profesores en sus variadas actividades académicas, como son las de preparar y evaluar clases, capacitarse, actualizarse, diseñar material, buscar innovaciones, etc., tengan presente que esos esfuerzos tienen sentido si son pensados o encauzados en función de los intereses y necesidades de los alumnos. Sin duda, conocer más de nuestra disciplina, especializarnos, realizar aplicaciones, escribir textos, etc., resulta una expresión natural de ser profesor en determinada materia; el reto aparece cuando desplazamos nuestra preocupación del dominio de la disciplina a lo que los alumnos necesitan conocer, comprender y aplicar de esa disciplina, de manera que resulten aprendizajes relevantes para su vida escolar.
Los alumnos y sus aprendizajes son el eje de la organización académica
Si bien es indispensable que los profesores sitúen a los aprendizajes como el logro sustancial de su quehacer educativo, no es menos importante que la institución articule acciones orientadas a la misma finalidad. Colocar el aprendizaje en el centro de las actividades académicas hace necesario saber vincular las políticas globales, los procedimientos administrativos, las normas escolares, los mecanismos de evaluación, los programas y proyectos, esto es, operar de acuerdo con una concepción de escuela como unidad educativa, donde todos los actores trabajan con esa convicción.
La importancia de simplificar la elaboración de informes y proyectos docentes
Una necesidad apremiante que se debe asumir en el Colegio como responsabilidad institucional es contar con criterios, tiempos e instrumentos que agilicen, simplifiquen y optimicen las actividades dedicadas a preparar y evaluar los llamados proyectos docentes, Es claro que una buena gestión escolar debe impulsar mecanismos eficaces para que la comunidad docente pueda rendir cuentas sobre su desempeño, empleando criterios que muestren lo sustancial del quehacer docente, desburocraticen la toma de decisiones, y sean factores de crecimiento y seguimiento académico.
La búsqueda de valorar las acciones de docencia y no solamente sus productos
Un desafío marcadamente significativo está en cómo establecer indicadores que le den un justo valor al proceso docente sin caer nuevamente en los productos convencionales (informes, reportes, formatos, trabajos publicados). Esto es, al lograr: un alumno satisfecho, una clase bien preparada, un grupo significativamente aprobado, un alumno gustoso de estar en la escuela, la elaboración de reflexiones académicas, la lectura de un libro y su impacto en la vida cotidiana, etcétera, se pueden constituir en elementos que hagan comprender a la docencia en su sentido profundamente formativo.
La renovación de la docencia como política académica estratégica
¿Por qué es importante renovar la docencia del Colegio? Porque con ello estamos impactando a los sujetos clave del desarrollo y cambio institucional: los profesores, la comunidad docente.
Y, si bien los alumnos son la razón de ser de los sistemas escolares, son los maestros, quienes representan el soporte del acto educativo; son ellos quienes imprimen dinamismo y vitalidad a las experiencias formativas de los estudiantes, o también quienes pueden contribuir al aburrimiento, desmotivación y deficiente aprendizaje de los miles de alumnos que asisten a los planteles escolares.
Por todo ello, el profesor resulta el agente estratégico del cambio institucional y quien nos permite calibrar los alcances de las reformas educativas.
En consecuencia, hoy en día, cualquier cambio o actualización curricular que emprendan las instituciones educativas, requiere como condición necesaria para el éxito de sus tareas, lograr un trabajo amplio en la reforma de su docencia.
Reformar o renovar la docencia, significa transformar las prácticas educativas de nuestros profesores, de tal forma que haya apasionamiento por su oficio de enseñanza, compromiso y puntualidad en sus tareas, interés y dedicación para fomentar el aprendizaje de sus alumnos, así como una vocación por ser parte de la comunidad de un Colegio que, reconociendo los problemas, identifica las soluciones mediante una reflexión crítica tanto en el plano individual como colegiada.
Reformar la docencia es una política académica indispensable para el desarrollo institucional, que además resulta fundamental para este proceso de seguimiento y evaluación de los programas de estudio.Ì