Publicaciones sobre la experiencia docente del CCH

Mi experiencia docente en el Colegio de Ciencias y Humanidades
Nuevos Cuadernos del Colegio Número 2


Fecha: 2013-09-24
Área: Histórico Social
Materia: Ciencias Políticas y Sociales I y II
Temática: Práctica docente cotidiana
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Autor(es)
Héctor Bernal González

Palabras clave: formación crítica, compromiso docente, modelo educativo, plan y programas de estudio, innovación en la docencia, aspectos afectivos en la docencia.

1.      El contexto político nacional e internacional

Abril de 1971, nace el Colegio.

Los acontecimientos de 1968 en México y París guardaban recuerdos, sentimientos y enseñanzas que establecían relación con un mundo diferente al capitalismo, el socialismo, al que, con todas las críticas que se pudieran hacer a su forma de existir, no dejaba de representar una alternativa a un mundo en el que las mayorías, además de pobreza, padecían explotación y agresiones de las grandes potencias. Entre éstas, la que en mayor medida destacaba en ese momento, era la guerra de Vietnam.

El monopolio del poder político en México, grandes necesidades históricas insatisfechas y la asfixia que se imponía a la democracia, daban lugar a que el descontento social se mantuviera latente y en momentos expresara estallidos en guerrillas rurales y urbanas; por otra parte, dentro de la legalidad pero con planteamientos radicales, se manifestaban sindicatos y partidos políticos.

En esa efervescencia política, la institución que surgía en las entrañas universitarias no podía pensarse solamente funcional al sistema económico social; más bien estaba llamada a plantear controversias con el mismo.

En tanto vivimos en un sistema social abierto, nuestra institución también lo es; por tanto, el Colegio recibía y emitía señales de ese ambiente. Un importante número de profesores pertenecíamos a partidos políticos de tendencia socialista; por otra parte, estaba en formación el sindicato, todo lo cual, generaba asambleísmo, sectarismos y desencuentros. Con frecuencia este clima de inquietud política era llevado a los salones de clase y los temas académicos se veían envueltos en cuestiones ideológicas. Era notorio el clima político que prevalecía en el Colegio. El caso más lamentable fue el asesinato del Profesor Alfonso Peralta, dentro del plantel, por una liga 23 de septiembre ya infiltrada por elementos que tenían objetivos diferentes de los que originalmente ostentaba esta organización.

No todo era política, el ambiente se veía en gran medida animado por la cuestión académica, entre los profesores afloraban con frecuencia nombres de los grandes pensadores de la pedagogía: Jean Piaget, Makarenko, Paulo Freire, etc; de igual manera se manejaban los trabajos de investigadores universitarios: Margarita Panza, Díaz Barriga, entre otros. Y es que afortunadamente había penetrado en amplios sectores de la sociedad el convencimiento de que la educación era factor fundamental del desarrollo económico y social, pero sobre todo del desarrollo humano.

Como elemento interesante, cabe mencionar la estructura del Colegio, con salones sin plataforma para el maestro, dos pizarrones y las bancas de los alumnos susceptibles de acomodarse en diversas formas, sobre todo para realizar trabajo en equipos; se trata de un indicio de que las sesiones de trabajo no han de transcurrir necesariamente tras el discurso del profesor, más bien invita a que haya comunicación en todas direcciones; es un principio de democracia que permite dar amplitud e impulso al trabajo académico.

Pero males son del tiempo, decía un filósofo, y así ocurrió con el embate de la crisis económica. El trabajo que hasta entonces se trataba en forma creativa, ahora se tornaba abrumador; la atención se dirigió hacia la lucha sindical, como esperanza de remontar el deterioro salarial, pero los compromisos del gobierno firmados con el FMI y el BM eran insalvables por la trampa de la deuda pública en que habían caído las finanzas del Estado. No obstante, estamos acostumbrados a vivir en el conflicto y, entre luchas sociales y trabajo académico, el tiempo siguió su marcha.

2.      El modelo del Colegio

Los tres, hoy cuatro, grandes principios (“Aprender a Aprender; Aprender a Hacer; Aprender a Ser y Aprender a Convivir”) del aprendizaje, que se supone son inspiración y guía educativa, reconozco y muchos otros profesores deben hacerlo conmigo, que no los hemos cumplido a cabalidad, por ejemplo: los alumnos, al formular un trabajo, hacen caso omiso del aparato crítico. ¿Acaso en la clase de Redacción no se les explica que esa omisión constituye un delito, además de carencia de honradez intelectual?

En los cursos de Historia, no pongo en duda que se vean los temas del programa. El caso es que, al querer recuperar algunos elementos históricos para tratar temas de Ciencia Política, parece que no hubiesen llevado la materia. Me consta que los profesores se comprometen con el trabajo académico y cuentan con recursos de apoyo en el salón de clase, videos, pizarrón electrónico etc. ¿Qué sucede con el principio de aprender a aprender? No se aplica o se aplica con deficiencia. ¿El problema está en la evaluación? Aquí hay un objeto de estudio.

Aprender a hacer. Este principio, igual que los otros dos con que surgió el Colegio, es de una amplitud difícil de cubrir, pero cada quien lo adapta a sus necesidades. En mi caso requiero de los alumnos, además de la lectura sobre temas de la materia, que sepan resumir, pero también realizar disertaciones, lo cual implica que piensen en lo que están leyendo y elaboren una construcción propia.

Los organizadores gráficos: mapas conceptuales, mapas mentales, diagramas de Venn, cuadros sinópticos y, en la computadora, fundamentalmente el Power Point. No doy por hecho que lo saben, yo les indico no sólo la forma de construirlos, sino además las ventajas cognitivas que tienen estos esquemas y herramientas.

Aprender a ser. La materia de Sociología tiene aportaciones en lo que se refiere al comportamiento y formas de comunicación del individuo en sociedad, pero en el aprender a ser existe algo básico que es el problema de la procrastinación, ese fenómeno que consiste en posponer aquellas cosas que debemos realizar, que debemos hacer, o que nos conviene hacer oportunamente y que, sin embargo, no llevamos a cabo, por atender asuntos de menor importancia, y a la larga esa conducta nos trae consecuencias. Sobre este problema he hablado con los alumnos y la mayoría reconoce que ha incurrido en la procrastinación.

3.      Las revisiones del plan de estudios que se han realizado desde 1987, para mí han significado una verdadera renovación

El programa de Ciencias Políticas y Sociales adoptó definiciones muy claras: primer semestre, para temas de Sociología; segundo semestre, para temas de Ciencia Política. En realidad ahí surgió el programa de la materia; la discusión se inició poniendo en cuestión el nombre mismo de la disciplina; la selección de temas y autores fue y ha sido motivo de polémica, porque todo lleva carga ideológica que habrá de repercutir en la formación del alumno. Queremos seres pensantes, críticos y no sólo funcionales al sistema, lo que implica que conozcan las instituciones, su estructura y su función.

El trabajo en el aula. ¿Qué actividades realizarían los alumnos? Lo importante es involucrarlos en la construcción del conocimiento. Conseguir que expresen lo que entienden, problematizar situaciones, observar que lleven sus notas de clase y efectúen algunas investigaciones.

El programa no está pensado con largas listas de contenidos, están los temas, los aprendizajes que obtendrán y las estrategias que deben seguirse para lograr los objetivos deseados. La riqueza o austeridad con que se trate depende del capital cultural de cada profesor, de su experiencia y formas de acción.

Por supuesto, se considera también la respuesta del grupo. A los alumnos procuro hacerlos conscientes del valor que tiene el conocimiento: nos da una visión de la existencia, de ahí se deriva una actitud ante la vida, resolvemos los problemas de mejor manera y, en determinadas condiciones, el saber es poder. Exhorto a los estudiantes a que visiten museos, por ser una de las formas más gratas y accesibles de obtener el conocimiento sobre cuestiones de cultura, ciencia, arte, etc.

El tratamiento de un tema se debe abordar con el rigor que le es propio, pero también es conveniente rodearlo con alguna anécdota o cosa curiosa, sin olvidar que el tema ha de ser conectado con situaciones de la realidad.

Sobre el programa

Desde la primera revisión del plan de estudios que se llevó a cabo, la columna de contenidos temáticos ha tenido pocas variaciones, en lo que si hemos realizado cambios es en estrategias, aprendizajes y bibliografía.

Mi participación en las revisiones del programa de Ciencias Políticas me ha resultado altamente grata, porque he redoblado esfuerzos para ponerme al tanto de algunos temas. Por otra parte, la modificación de tiempos de clase ha resultado útil. Las clases de dos horas me permiten contar con tiempo para organizar las actividades en el aula.

Como señalé anteriormente, el programa es flexible en cuanto a la riqueza de que se le pueda dotar, lo que consigo con diplomados que imparten diversas instituciones y los cursos que semestralmente se dan dentro del Colegio o de parte del mismo.

4.      El alumno

Es un ser humano, por tanto, es sensible, inteligente, imaginativo, creativo y capaz de construir no sólo el conocimiento, sino de construirse él mismo positivamente; así lo compruebo, una vez más, con el último examen diagnóstico que hice al inicio del semestre. Las alumnas sobre todo, en el último numeral les pregunto: ¿qué actividades realizas en tu tiempo libre? Contestan que practican danza, estudian música, hacen deporte, etc.

Con el cuestionario tengo la intención de observar las apreciaciones que tienen con respecto a la política como práctica social. Obviamente sus respuestas son muy sencillas, pero denotan sensibilidad al respecto y con eso tengo para avanzar y lograr frutos.

5.      El profesor

Respeto su dignidad y tengo para él un trato justo; a cambio, recibo su colaboración, cumplimento y respeto.

Tengo calma con ellos, porque se trata de una relación cara a cara con intenciones definidas y delicadas y ellos no se van a abrir al conocimiento con una persona que no reconozca sus cualidades.

6.      La innovación en los procesos de enseñanza aprendizaje

Trabajar en la misma forma durante años proporciona seguridad y ello conduce a tener resultados favorables. No obstante, la cuestión educativa es un proceso que debe correr al parejo de los cambios económicos, políticos y científicos, así como de los cambios que se dan en las instituciones y las transformaciones que ocurren en el mundo. El sociólogo polaco Zygmunt Bauman llama a la vida social que tiene transformaciones tan rápidas e inesperadas, “tiempos líquidos”. Así la educación exige que en forma paulatina y gradual se den pasos renovadores, con el fin de formar al alumno con esa conciencia de capacidad adaptativa.

Las habilidades que hoy en día debe desarrollar el alumno de bachillerato son amplias y de diferente carácter: manejo de la computadora, leer, investigar, escribir; pero desde mi punto de vista, la formación del estudiante debe comprender sobre todo una orientación de conciencia que implique la sociabilidad ética, es decir, un comportamiento honrado, comprometido y respetuoso con nuestro entorno social y con la naturaleza.

La adaptación al cambio es una característica esencial del ser humano y, en materia de aprendizaje, cada vez más y en diferentes formas se define la posición de que al alumno corresponde asumir el desarrollo de sus capacidades, lo cual implica que el profesor debe abandonar el largo discurso doctoral y adaptarse, más bien como orientador del desarrollo académico del estudiante, que lleva dentro el desarrollo de su personalidad. A esta concepción he procurado adaptarme, porque reconozco en mí tendencias a tomar la palabra.

Ahora bien la adaptación no es mental solamente, acoplarse a nuevas formas del trabajo requiere también de elementos concretos, como preparar el material adecuado, dar usos específicos a la computadora, formas de organización del grupo y formas de evaluación.

7.      Recursos tecnológicos o herramientas intelectuales

La computadora, y sobre todo Internet, no me dejan salir de mi asombro; cuando se desea saber algo, sólo bastan unos golpes de tecla y ahí se encuentran páginas y páginas del tema deseado, pero por esa razón considero indispensable adelantarme a seleccionar el material acorde y oportuno para trabajar los temas en cuestión, con lo cual, evito que se divague y se pierdan en un mar de información. La intención es conducirlos a producir un trabajo que comprenda desde obtener datos mediante una encuesta, hasta culminar en la construcción de gráficas que muestren el comportamiento del fenómeno, objeto de estudio.

8.      El vínculo profesor-alumno

El mejor plan de estudios, y las mejores instalaciones no bastan, si no soy capaz de establecer con los alumnos un vínculo afectivo. Existe el riesgo de que algunos alumnos entiendan la relación de afecto con faltar a sus obligaciones; por ello se advierte con tiempo que ambas partes tenemos exigencias y que no podemos defraudar al Colegio, a la Universidad y al país, que espera de nosotros el cumplimiento de nuestras obligaciones.Ì