Publicaciones sobre la experiencia docente del CCH

Soy profesor en el Colegio de Ciencias y Humanidades… ¿Y ahora qué?
Nuevos Cuadernos del Colegio Número 9


Fecha: 2017-06-30
Área: General
Materia: General
Temática: Formación docente
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Autor(es)
María Lilia Esquivel Millán
Teodora Guillermina Sánchez Luna

Palabras clave: docencia, modelo educativo, CCH, autonomía, pensamiento crítico y reflexivo.

Introducción

Sonia, una aspirante a profesora de bachillerato recibe su notificación: “Felicidades, te integras a la planta docente de la Escuela Nacional Colegio de Ciencias y Humanidades…” Sonia está feliz…pero al mismo tiempo se hace la pregunta “¿Y ahora qué?

Al igual que Sonia, decenas de profesores, año con año se integran a las filas de la UNAM, particularmente al Colegio. Están felices de haber obtenido un lugar tan codiciado a nivel nacional, pero ser miembro de la comunidad UNAM implica mucho más que gritar el “Goya” a todo pulmón o portar la camiseta puma.

Como profesores, recibir a alumnos e integrarlos a un modelo educativo como el del Colegio tiene sus implicaciones. A partir de la lectura del modelo, surgen conceptos como: identidad, autonomía, investigación, alumno crítico, reflexivo, etcétera.

Llevar esto al aula representa un reto para los profesores de las diferentes áreas, ¿qué tipo de enseñanza es conveniente para contribuir, desde mi asignatura, al perfil de egresado que propone el Colegio?, ¿qué perfil de profesor es necesario? El docente entonces tomará en cuenta el contexto en el que se desarrollará la enseñanza, se trata no sólo de desarrollar los conocimientos propios de la disciplina, sino a la par, favorecer los procesos reflexivos de los alumnos para construir conocimiento, que sean capaces de resolver problemas; entonces se habla de un tipo de buena enseñanza y enseñanza para la comprensión (Litwin, Edith 2002).

Dado lo anterior, es necesario generar pensamiento crítico y reflexivo en los estudiantes, pero también el docente deberá haberlo desarrollado.

El profesor del Colegio contribuye así a crear una identidad, a colaborar en el desarrollo de la personalidad de los alumnos, es decir, tal como lo marca el Modelo educativo del CCH (UNAM- CCH, 1996), este bachillerato no se reduce a la transmisión de conocimientos, sino a una formación intelectual, ética y social que promueva la contribución de los alumnos en la cultura de su entorno con las características de su realidad.

La autonomía es otro aspecto a promover; autonomía entendida como la capacidad del alumno para hacerse de sus propias fuentes de conocimiento, lo que implica el desarrollo de habilidades intelectuales y aptitudes de reflexión, promovidas sistemáticamente en el aula, con la ayuda del otro más experto, con la interacción y el trabajo activo de él con sus pares. La promoción de esta autonomía, entendida así, se reflejará en un alumno con mayor capacidad de actuar ante los problemas, regular su propio proceso de aprendizaje mediante el uso de estrategias aprendidas y propias y adaptarlas a nuevas circunstancias, con una intención consciente, explícita y analítica.

Un alumno que desarrolle estas potencialidades intelectuales, será, a la larga, un ciudadano, profesionista o no, que posea capacidades de investigación, de metacognición, de cuestionar y cuestionarse su entorno, de buscar soluciones y respuestas a los problemas de su medio inmediato y de la sociedad en general.

Sonia aprenderá que la actualización en su materia y en las nuevas tecnologías es necesaria, pero requiere además de una formación, el desarrollo del pensamiento crítico, que le ayudará a reflexionar y actuar ante diferentes situaciones viendo las diferentes posibilidades, desarrollará habilidades para delimitar y solucionar problemas, buscar información, seleccionarla, analizarla, evaluarla. Una vez que ella desarrolle estas habilidades, será capaz de apoyar a su vez a los estudiantes en este proceso.

Estará consciente de que en la planeación de la enseñanza incluirá elementos que lleven a los estudiantes a la formación de conocimientos, habilidades y actitudes, promoverá el desarrollo del pensamiento crítico de los estudiantes, pues apoya en la formación de seres autónomos capaces de interactuar en su entorno.

Con todo ello, Sonia sabe ahora que ser “ceceachero” es un gran reto y una gran satisfacción. Frente a ella ve un mundo de posibilidades, de sueños por construir y cristalizar, en cada cara expectante de sus alumnos encuentra desafíos más allá del conocimiento de su asignatura. Se da cuenta que no basta con el dominio de conocimiento científico, sino además, requiere conocer al estudiante adolescente, ver en él o ella a un igual, ceder el “poder” que da el conocimiento, replantearse como docente, reflexionar en la práctica y sobre la práctica, moverse de su “yo enseño” a “vamos a construir conocimiento”… Sonia tiene un mundo por descubrir llamado Colegio de Ciencias y Humanidades.Ì

Bibliografía

Litwin, Edith (2001). El campo de la didáctica: La búsqueda de una nueva agenda. Corrientes didácticas contemporáneas. Paidós. Buenos Aires.

UNAM-CCH (1996) Plan de Estudios Actualizado. Ciudad de México.