El Modelo Educativo del Colegio es un instrumento central en los procesos de aprendizaje y de enseñanza. Esta condición hace indispensable que alumnos y profesores comprendan el sentido y la función del Modelo y se sirvan de sus orientaciones para encuadrar en ellas sus intentos de avance en los campos académicos.
Parecería que, en el caso de los profesores, el problema está resuelto, porque es obligatorio seguir un curso introductorio al Modelo Educativo de preferencia antes de comenzar a enseñar en el Colegio. Sin embargo ni todos los aspirantes a profesor cumplen este requisito —muchos lo hacen hasta varios años después de sus inicios en las tareas docentes, cuando la obligación se convierte en requisito para un concurso por una plaza de asignatura o de carrera—, los cursos de iniciación no siguen una norma establecida institucionalmente sino, por lo menos hasta ahora, cualquier profesor que se autoproponga puede hacerse cargo de un curso, ni hay un programa institucional de los mismos.
De seguir así, el Modelo Educativo irá difuminándose con el tiempo hasta quedar reducido a unas cuantas páginas y a otras tantas frases que la repetición va privando de sentido y, sobre todo, de valor y estima comunitaria. En estos meses hasta la televisión, en los espacios de publicidad y de servicio obligatorio al Gobierno, repite que la reforma educativa “forma el sentido crítico” de los alumnos o estos no están destinados a memorizar sino a “aprender a aprender.”
Cuando esto sucede no ha habido un solo acto del Colegio que reivindique la patente de todos estos elementos que ha intentado poner en práctica desde hace casi medio siglo. No pretendo insinuar que lo propio del Colegio es una propiedad. En el ámbito educativo todas las ideas pertenecen a quien las pueda poner en práctica y seguramente hay diversas instituciones que han tomado elementos e inspiración de nuestro Modelo Educativo, de lo que debemos alegrarnos aunque no nos devuelvan en pago el reconocimiento del origen de sus innovaciones.
Otra estrategia
En la ausencia total de posibilidades de influir directamente en los procedimientos cojos y la ausencia de supervisión de los cursos de introducción al Modelo dirigidos a los nuevos profesores, por cierto una obligación sobre la que rigen normas aprobadas por el Consejo Técnico, tras dos años de estudio del Modelo, decidimos al comienzo del ciclo escolar 2017, próximo a su término, construir, como parte del trabajo de la quinta etapa del Seminario sobre el Modelo Educativo (SEM5) un material digitalizado dirigido a los alumnos, no un curso, puesto que el Seminario carece de los medios para emprender esa tarea que requiere la función de asesoría, sino un conjunto de unidades que:
· Sea dirigido en primera instancia a los alumnos de primer ingreso.
· En un nivel de complejidad apropiado a los conocimientos y habilidades de los alumnos a su ingreso de Secundaria
· Pueda ser usado de todos modos también por alumnos de todos los semestres
· Trate los aspectos centrales del Modelo Educativo aplicados a un tema propio de la materia que enseñe el autor del material.
El mecanismo de producción adoptado consistió en elaborar un texto dirigido a los alumnos que contuviera los aprendizajes que se les proponen, sin atender a las exigencias de un texto digitalizado que sería usado sin tutor ni apoyo personal alguno.
Dificultades y Tropiezos
Todos los participantes en esta etapa del Seminario concluyeron sin mayor dificultad personal el primer producto, a saber, los contenidos que incluirían en su material. Sin embargo los enfoques, muchas veces originales y creativos ponían el acento más en las exigencias de sus materias que en despertar el interés en el Modelo Educativo, lo que parecía tender más a la enseñanza de una materia particular que de los contenidos transversales, habilidades principalmente, propias del Modelo.
Aparecieron así ideas como emplear estadísticas del INEGI, proponer un primer entrenamiento en la comprensión de la argumentación estudiando las formas gramaticales más usuales y distinguiendo las razones y las conclusiones en campos variados de las ciencias y las humanidades; recurrir a elementos geográficos para el estudio del Inglés; introducir elementos para el desarrollo de habilidades de investigación a través de fuentes diversas, así como para la formación de una actitud crítica, a partir del análisis de la situación de discriminación en que se encuentran muchos de nuestros compatriotas indígenas; proponer experimentos sencillos pero útiles para la comprensión de la importancia de éstos para el aprendizaje, entre otras.
Desde el inicio de los trabajos del año el Seminario tenía una percepción clara de la falta de experiencia para producir materiales digitalizados, aunque curiosamente la conciencia de que el alumno usuario del material se encontraría completamente solo ante su pantalla, se generalizó más lentamente. La experiencia de la docencia presencial deja una huella, desde luego perfectamente normal y valiosa, pero incómoda para y trabajos en condiciones de distancia y ausencia totales.
Hacia finales del segundo semestre no había materiales terminados y faltaba la tarea de traducir las instrucciones para el trabajo solitario de los alumnos, adecuadas eficaces. Por tanto, decidimos prolongar el trabajo de producción de los materiales al menos durante el siguiente semestre, de modo que tuviéramos un material válido en diciembre.
Para ello decidimos cambiar la forma de trabajo y pasar de las sesiones en grupo a reuniones, según las necesidades lo requerirán, con cada uno de los miembros del Seminario para perfeccionar los materiales que cada quien ha comenzado a escribir, con grados diferentes de adelanto.
Habrá asimismo reuniones del pleno del Seminario en su séptima etapa (la sexta se llevó a cabo en paralelo con otro grupo de profesores), en lo futuro, para compartir los aprendizajes obtenidos en la elaboración en curso de los proyectos de cada participante y mantener la coherencia del material final.
Importancia del proyecto
Existe en el Colegio por lo menos un trabajo semejante al del Seminario, del que tuvimos noticia hacia el final del segundo semestre. Sin embargo, suponiendo con fundamento la calidad del material, elaborar otra versión que será sin duda distinta, aunque trate los mismos temas, enriquece las posibilidades al alcance de todos los alumnos del Colegio en un punto de importancia central para su formación.
En efecto, los alumnos están presentes en algunos casos en las pláticas introductorias al Modelo Educativo, pero el tema no parece haber logrado el reconocimiento de su importancia, lo que resulta evidente si se examinan los programas, también los nuevos, en los que los aprendizajes, en general aceptando su buena factura, no aluden con la frecuencia requerida al Modelo al que continuamente deberían referirse.
Por lo mismo, el material, primariamente elaborado pensando en los alumnos de nuevo ingreso, no excluye que sea consultado por alumnos de los semestres más adelantados. Por el contrario, pretende ser un acompañamiento durante el ciclo completo del Bachillerato de Ciencias y Humanidades.
Si el material que esperamos elaborar el próximo semestre, consigue una frecuencia de consulta relativamente amplia, comenzará a influir en las preguntas y demandas de los alumnos que lo habrán frecuentado y obligará a los profesores atentos a las necesidades de sus alumnos a ajustar más explícitamente su docencia a las orientaciones propias del Modelo Educativo del Colegio. Ì